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lactoferrina

¿Qué es la lactoferrina? Para qué sirve y propiedades

La lactoferrina es una proteína con múltiples funciones y se encuentra mayormente en la leche materna de muchos mamíferos y aunque sus propiedades son numerosas, la más conocida tiene que ver con el metabolismo del hierro (de ahí su nombre: lacto-ferrina = leche + hierro), por lo que es útil en anemias. Pero también se conoce por su papel antibacteriano, antiviral, antifúngico y antiinflamatorio, y también ha demostrado ser de utilidad en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, trastornos del estado de ánimo, fertilidad, embarazo, e incluso en cáncer, como revisaremos. 

Como hemos comentado, la lactoferrina se encuentra en la leche de la mayoría de mamíferos, pero además se encuentra presente allá donde el organismo necesite una respuesta rápida y efectiva por parte de las células inmunitarias (como en la superficie de las mucosas, o la saliva). El calostro contiene más de 5 g de lactoferrina por cada litro (7 veces más que la leche materna), lo cual protege a los bebés de posibles infecciones.

Ahora profundizaremos en las propiedades de la lactoferrina, pero para entender para qué sirve esta proteína, debemos hablar primero de qué es el estrés oxidativo y por qué es tan importante. 

lactoferrina propiedades

A lo largo de la vida, nos encontraremos expuestos a toxinas, patógenos, y también padeceremos diferentes enfermedades. El resultado de estos procesos da como resultado un desequilibrio entre la producción y acumulación de radicales libres. Los radicales libres son moléculas que producen oxidación en las células y tejidos, dañándolos. Estos radicales libres son un biomarcador de toxicidad, se vinculan al desarrollo y progresión de más de 100 enfermedades, pero además se favorecen el proceso de envejecimiento.

Cabe resaltar que actualmente no se recomienda el uso de antioxidantes en cantidades elevadas buscando neutralizar estos radicales libres que se van acumulando, ya que por ejemplo el uso de dosis altas de vitamina E aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer. Es por ello que la lactoferrina es un compuesto más interesante y eficiente a la hora de contrarrestar el daño producido por el estrés oxidativo. 

Los beneficios de la lactoferrina sobre el sistema inmune han sido probados en diferentes estudios. En niños y bebés prematuros disminuye el tiempo y frecuencia de las diarreas, además de en infecciones gastrointestinales

Los bebés amamantados durante los primeros 6 meses de vida serán más sanos, y esto es gracias a muchas sustancias que se encuentran en la leche materna. Un ejemplo son las células inmunitarias que contiene. Pues bien, la lactoferrina ha demostrado potenciar este efecto protector de la leche materna y las defensas. Otro ejemplo se da en casos de un sistema digestivo y microbiota todavía inmaduros, donde el uso de lactoferrina mejora la absorción de nutrientes.

Además, la lactoferrina estimula los receptores para la absorción de la vitamina D, la cual es esencial para el buen funcionamiento del sistema inmune y el metabolismo óseo. 

La lactoferrina contribuye al crecimiento y desarrollo normal del feto. Protege de las peligrosas consecuencias de la disbiosis en el vaginoma (microbiota vaginal), y por ello es una medida preventiva en parto prematuro y aborto.

Se utiliza además como prebiótico para tratamientos de fertilidad, tanto en hombres como mujeres. Mantiene a raya infecciones en el tracto genital, equilibrando el ecosistema del aparato reproductor, y regula la cantidad de hierro en el esperma, mejorando su calidad.

El efecto antioxidante de la lactoferrina tiene propiedades antiinfecciosas, manteniendo a raya a virus, bacterias, hongos, e incluso parásitos. Es por ello que resulta de utilidad en casos de colitis, infección por Helicobacter pylori, formación de biofilms (formas de resistencia de ciertos patógenos), o tras una cirugía de resección intestinal. Esto, sumado a su capacidad antiinflamatoria ha sido de utilidad también en casos de gastritis, enteritis y alergias.

Cabe destacar que a estos beneficios se suma la capacidad de la lactoferrina para potenciar el efecto de los fármacos utilizados en infecciones víricas, por lo que se utiliza de forma complementaria al tratamiento. También ha demostrado inhibir la unión a receptores del COVID-19, protegiendo de infecciones respiratorias.

Una vez más, el efecto antioxidante y antiinflamatorio de la lactoferrina le confiere una gran capacidad para preservar la integridad del ADN de sufrir daños. Por ello es útil en prevención, ya que el daño al ADN aumenta la predisposición a la aparición de tumores. Pero también pueden proteger frente a la progresión del cáncer, incluso es capaz de atacar de forma selectiva a las células cancerígenas. Son ejemplos la leucemia, el cáncer de colon, los tumores cerebrales, entre otros.

Uno de los factores asociados al envejecimiento es la acumulación de radicales libres, como hemos comentado. Esto contribuye al proceso de envejecimiento de forma tan significativa, que incluso hay evidencia científica que lo posiciona como el factor más importante. Pero no solo esto, sino que esta acumulación de estrés oxidativo aumenta la susceptibilidad a desarrollar enfermedades sistémicas, hemos mencionado el cáncer pero existen otras, como ciertas patologías metabólicas, autoinmunes, cardiovasculares, neurodegenerativas, y respiratorias. 

Por el contrario, el potencial antioxidante de la lactoferrina sobre las células y órganos aumenta la esperanza de vida. Esto se da mediante diferentes mecanismos, como la regulación de la expresión de ciertos genes, regeneración de tejidos, modificación del metabolismo de las grasas y mejora de la respuesta a insulina. Esto es de utilidad en patologías con alta prevalencia en grupos de mayor edad, como en casos de diabetes u osteoporosis. Además, gracias a factores neuroprotectores, ha demostrado efectos positivos en la enfermedad de Párkinson y Alzheimer.

La lactoferrina, siendo una proteína, es un componente importante de la alimentación humana, y tiene un gran valor nutricional. Su uso es seguro y ha sido autorizado por el Parlamento Europeo, la EFSA y la FDA.

Sin embargo, no debe utilizarse en caso de sospecha o diagnosis de alergia a la proteína de leche de vaca. También debe revisarse su composición, evitando aquellas formulaciones que contengan azúcares naturalmente procedentes de la leche en el caso de intolerantes a la lactosa. Es también importante que el laboratorio asegure la integridad de esta proteína en su formulación, ya que en el proceso de extracción puede haberse dañado.